Los remedios pasan de generación en generación

Por: Zuleyka M. Román Machado

Los remedios caseros nos funcionan cuando no tenemos la medicina tradicional disponible o cuando no tenemos los recursos para poder curar nuestras enfermedades o dolencias. Estos han ayudado a las personas desde hace muchos años ya que estas plantas pueden encontrarse en el jardín de las casas con gran facilidad.

En la entrevista que le hiciera a la señora Anastacia Pérez Santiago quien ha vivido en el pueblo de Camuy desde su niñez, me contó que en su tiempo no todas las personas tenían recursos económicos. En estos tiempos solamente había un hospital por municipio y éste se encontraba en el pueblo. No se cobraba por los servicios médicos pero eran muy pocas las personas que tenían acceso al hospital municipal porque tenían la desventaja de vivir muy lejos de él. Por otro lado, los médicos que tenían oficinas privadas en los pueblos cobraban un dólar por atender a los pacientes y no todas las personas podían pagar esos servicios.

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Zuleyka y la Sra. Anastacia Pérez

Debido a la falta de dinero y a las largas distancias de los campos al pueblo, las personas no tuvieron otro remedio que utilizar los beneficios de la tierra, los que eran y son totalmente gratis. Estos recursos se encontraban en los patios de las casas de las personas las cuales eran utilizadas por aquellos que tenían los conocimientos de las plantas utilizadas.

La persona que entrevisté me comentó que no santigua, pero ora por las personas. Tampoco fue comadrona pero, sabe los remedios de las plantas gracias a los recuerdos que tiene de su madre, ya que los utilizaba con ella y mi entrevistada también los usó con sus hijos. Algunos de los remedios que ella me ofreció fueron:

  • Dolor de cabeza: Ungüento de sábila.

  • Mala circulación: Saúco y alcanfor en un balde de agua tibia.

  • Piedras en el Riñón: Cola de Caballo y Noni.

  • Infección en los riñones: Barba de maíz (estando verde la mazorca), palearía y vaquiña de hoja redonda.

  • Dolores estomacales: Menta y yerba buena.

  • Para la Diabetes: Jobo hervido y hoja de pana hervida.

  • Para la caída del cabello: Verbena negra.

  • Cáncer: Hojas de anamú cocinada.

  • Para el corazón: granada.

  • Hemorroides: supositorio de sábila; cortada en pedacitos, envuelto en papel plástico y luego puesto en la nevera.

  • Para el catarro: Hojas de trinitaria, quinina y naranjo; si tiene tos: jengibre, leche, canela y anís.

  • Diarrea: Cogollo de Guanábana, tautúa y yantén.

  • Para el intestino: diente de león.

  • Para alimentar: ajonjolí con leche.

Gracias a los remedios caseros muchas personas han logrado curar sus enfermedades y lo continúan haciendo, ya que han pasado de generación en generación. Pienso que es muy importante escuchar y saber apreciar los consejos y memorias de nuestros antepasados ya que en ellas se conserva valiosa información.

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